Domótica: el futuro ya está aquí

La tecnología ha sufrido un incremento ciertamente considerable
durante los últimos años y son notables los grandes avances que
la tecnología ha experimentado. Desde la microelectrónica hasta
Internet y el uso de las redes de comunicación, el amplio espectro que
cubre lo que podríamos denominar nuevas tecnologías ha avanzado
a mayor ritmo que cualquier otro sector en nuestra sociedad actual. Sin embargo,
a pesar de que el desarrollo y avance de este área ha sido exponencial,
no podemos decir que la implantación de los productos generados haya
tenido el mismo éxito, pues con toda seguridad la integración
tecnológica es la gran asignatura pendiente, sobre todo si volvemos la
vista hacia el ámbito residencial.

En el ámbito de las empresas, tanto las Nuevas Tecnologías
de la Información y la Comunicación (NTICs) como la electrónica
en sí, han tenido un mayor éxito de implantación a causa
de que se han sabido ver las enormes ventajas de los sistemas computacionales
y de comunicaciones, con el ahorro de costes y el consecuente incremento del
rendimiento empresarial que su empleo supone. Sin embargo en lo que se refiere
al ámbito residencial, a la penetración de la tecnología
en los hogares, el concepto de lentitud toma su máximo significado, pues
la integración de los avances en la mayor parte de las ocasiones es realmente
insuficiente y, en el peor de los casos brilla por su ausencia.

Qué hacer para evolucionar las viviendas, cómo lograr
que éstas cuenten con las últimas tecnologías y cómo
tender hacia la comodidad y el confort tecnológicos son, entre otras,
algunas cuestiones que las empresas tecnológicas se han planteado en
los últimos tiempos. Y con la finalidad de resolver todas estas incógnitas
ha surgido la domótica como una solución que es ya presente y
que tiene un futuro de lo más esperanzador. La domótica ha nacido
con el objetivo de aportar soluciones avanzadas en el ámbito de los hogares.
Para ello combina el empleo de la electrónica y la informática
para controlar y gestionar diferentes aspectos de una vivienda cualquiera. Estas
instalaciones no suponen elevadas inversiones ni obras faraónicas. Los
precios de la electrónica se han reducido cuantiosamente e implantar
el conjunto de sensores y controladores que pueden requerir los diferentes dispositivos
es algo bastante trivial.

Sin embargo, éste es un concepto que no termina de calar
entre los responsables de los diferentes proyectos técnicos de una edificación,
así como en aquellos que aportan el capital. Promotores, constructores,
arquitectos, ingenieros,…, ante nosotros parece que muchas veces pasa desapercibida
la presencia de sistemas y productos que, con una inversión mucho menor
de lo que a priori se puede suponer, cubriría algunos servicios de valor
añadido a lo que hoy por hoy se ofrece. Hasta ahora el sector de la construcción
ha dado pingües beneficios y las viviendas -sean del tipo que sean y cuesten
lo que cuesten- se vendían sin apenas realizar promoción. Ésta
ha sido una de las razones por las que promotores y constructores, sin necesidad
de invertir un poco más, han visto satisfechas con creces sus expectativas
de negocio. Sin embargo se atisban vientos cambiantes y lo que hasta ahora ha
sido un mercado de lo más prolífero, puede convertirse en poco
tiempo en deficitario. Es ahora cuando las instalaciones en interiores van a
comenzar a marcar la diferencia, cuando el comprador potencial va a sopesar
qué valor tiene una u otra vivienda en lo que a comodidad se refiere.
Y es en este campo donde la domótica y la inteligencia residencial juegan
su papel más importante.

En este sentido tanto los técnicos competentes como promotores
y constructores hemos de ser conscientes de que la tecnología de uso
residencial, esa gran olvidada, va a comenzar a marcar un salto cualitativo
en los hogares, va a marcar el confort y la comodidad, va a suponer una mejora
en la calidad de vida de aquellos que disfruten de sus beneficios. Y con estos
preceptos como máxima, diferentes empresas del ramo de la construcción
y las telecomunicaciones – entre las que por supuesto se encuentra CASADOMO
– están trabajando a conciencia por una mayor integración de avances
tecnológicos en la vida doméstica, desde redes de datos de interior
y con salida de banda ancha hacia el exterior hasta los sistemas de telegestión
residencial, pasando por los servidores de aplicaciones comunitarios. La domótica
es una realidad de presente y es el momento adecuado de dejar de pensar de que
la inteligencia en el hogar está por llegar. Ya está aquí,
lo único que debemos hacer es comenzar a emplearla.

 
 
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