Los asistentes virtuales podrían salvar vidas, según un grupo de investigadores de la Universidad de Washington

Una persona durmiendo y dispone de un asistente virtual para monitorizar su respiración.

Las nuevas tecnologías intentan ayudar a los usuarios en su día a día, a través del control automático de los dispositivos. Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington ha aprovechado toda la tecnología que existe en el mercado para utilizarla como una herramienta para salvar vidas en los hogares.

Los asistentes virtuales podrían diferenciar el tipo de respiración para avisar a los servicios de emergencia en caso de detectar un paro cardíaco.

Los investigadores han encontrado una nueva solución para monitorizar la respiración de las personas durante el sueño en busca de anomalías, que podrían prevenir un paro cardíaco durante la noche. Para ello, han incorporado en su investigación los asistentes virtuales como Google Home, Amazon Alexa y cualquier teléfono inteligente para detectar los sonidos de la respiración agónica y avisar, de forma automática, a los servicios de emergencia.

«Imaginamos un sistema sin contacto que funciona mediante la supervisión continua y pasiva del dormitorio para un evento de respiración agónica, y alerta a las personas cercanas para que proporcionen RCP. Y luego, si no hay respuesta, el dispositivo puede llamar automáticamente a emergencias», explica Shyam Gollakota, coautor asociado y profesor asociado de la Escuela Paul G. Allen de Ciencias de la Computación e Ingeniería de la Universidad de Washington.

Configuración del asistente virtual

Los investigadores reunieron sonidos de respiración agonal de llamadas reales a los servicios médicos de emergencia de Seattle. Debido a que los pacientes con paro cardíaco a menudo están inconscientes, los transeúntes registraron los sonidos respiratorios agónicos colocando sus teléfonos en la boca del paciente para que el operador pudiera determinar si el paciente necesitaba RCP inmediata.

El equipo recolectó 162 llamadas entre 2009 y 2017 y extrajo 2.5 segundos de audio al inicio de cada respiración agonal para obtener un total de 236 clips. El equipo capturó las grabaciones en diferentes dispositivos inteligentes y usó varias técnicas de aprendizaje automático para aumentar el conjunto de datos a 7,316 clips positivos.

Asimismo, recopilaron otros sonidos durante el período del sueño como ronquidos o la apnea obstructiva del sueño para obtener un registro que le denominaron datos negativos. Con estos sonidos, los asistentes virtuales pueden diferenciar cuándo se está produciendo un paro cardíaco y minimizar las llamadas falsas.

Pruebas con los dispositivos inteligentes

A partir de estos conjuntos de datos, el equipo utilizó el aprendizaje automático para crear una herramienta que podía detectar la respiración agonal en un 97% del tiempo cuando el dispositivo inteligente se colocaba a una distancia de hasta 6 metros de un altavoz que generaba los sonidos.

Luego, el equipo probó el algoritmo para asegurarse de que no clasificaría accidentalmente un tipo diferente de respiración. «No queremos alertar a los servicios de emergencia ni a los seres queridos innecesariamente, por lo que es importante que reduzcamos nuestra tasa de falsos positivos», destacan los investigadores.

 
 
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