Parque Tecnológico de Vizcaya BTEK

El Parque Tecnológico de Vizcaya BTEK es el primer centro de interpretación de tecnológica del País Vasco y un proyecto pionero en Europa a nivel de integración de tecnologías. Pero más allá de lo espectacular del espacio y los contenidos, destinados a hacer vivir las nuevas tecnologías de una manera sensorial e interactiva, BTEK destaca por ser un edificio que se controla íntegramente desde un iPad o iPhone. Expresado de manera gráfica, desde cualquier lugar del mundo y pulsando “botón” se puede “encender” el edificio y toda la infraestructura que contiene.

El objetivo de BTEK es fomentar vocaciones científico-tecnológicas y acercar la tecnología de lo cotidiano a los más jóvenes, haciendo vivir de una manera atractiva y original las posibilidades tecnológicas más avanzadas, a través del juego y las emociones. El Parque Tecnológico ha hecho una inversión de 11 millones de euros en un proyecto impulsado por la Fundación Elhuyar, la Confederación de Ikastolas del País Vasco, SPRI y Tecnalia. En la gestación de BTEK, que ha durado cinco años, también han participado la UPV, el Gobierno vasco, la Diputación vizcaína y el Ministerio de Educación. El proyecto museológico y museográfico ha sido coordinada por Elhuyar Fundazioa y cuya dirección de obra y proyecto de interiorismo ha quedado a cargo de Ainhoa Villamonte, de ain3Team.

EL EDIFICIO  

El edificio BTEK esta situado en el Parque Tecnológico de Bizkaia y constituye una instalación pionera a nivel europeo, 100% integrada, automatizada y sostenible, virtualizada en 3D y con un control de estado instantáneo de todos los recursos. En palabras de Eneko Elorriaga, director de proyectos de Erabi Tecnología Audiovisual, empresa responsable de la integración y la automatización de este proyecto, “todas las infraestructuras del edificio (dispositivos controlados y monitorizados, iluminación tradicional, iluminación LED, reproductores de vídeo, ordenadores, pantallas de plasma, sistemas de sonido, climatización etc.) están integradas y comunicadas digitalmente con un único interfaz, que permite una sofisticada automatización.

La interfaz es estándar y fácilmente sustituible que puede gestionarse desde iPad, iPhone, iPod o Android. Y como destaca Elorriaga “tiene implantado mantenimiento predictivo. Erabi provee la infraestructura, el canal y el interfaz que muestra el estado de los equipos, por lo que podemos resolver las incidencias anticipándonos al fallo, sin necesidad de que el cliente tenga que dar parte, y en remoto. Todas estas prestaciones se pueden realizar desde cualquier parte del mundo, vía 3G, Wifi o Ethernet”. El reto para alcanzar al objetivo de controlar todo el edificio de una manera tan sencilla e intuitiva residió en la integración de los múltiples dispositivos. “La parametrización para que cada show, así llamamos a cada conjunto de variables independientes, funcione por separado y globalmente con todos los demás, ha sido el principal desafío técnico. Hemos logrado que más de 400 dispositivos y piezas de diferentes sectores, fabricantes, marcas y modelos queden integrados al 100%”, concluye Elorriaga. 

Entrada

El pasillo de entrada que es el nexo que rompe el “fuera” con el “dentro” es una “máquina del tiempo y espacio” que posibilita el traslado del visitante desde el mundo “real” al “mundo tecnológico”. El pasillo principal de entrada tiene una altura en su comienzo de unos 17 m (metros) aproximados y desciende hasta el punto de arranque de las escaleras que conducen al nexo entre los dos edificios a 4 m. La perspectiva desde ese punto inicial es un túnel estilizado con una perspectiva forzada por la pendiente del techo que parece engullir al visitante. Se refuerza esa idea con una espiral de luz de ceros y unos que recorre suelo, paredes y techo de color negro, así que el efecto final es una luz espiral que flota.

Al final esta espiral se abre hacia la derecha para reconducir al público hacia una sala de unos 230 m2 de área y altura máxima de unos 11m, conseguiendo alargar el pasillo para situar al visitante justo en el final de la sala para conseguir que la vea desde el punto más alejado y, por lo tanto, tenga una visión global del conjunto que la compone.

"La red y el mundo digital"

En la sala “La red y el mundo digital“ se mezclan las geometrías rotundas y materiales fríos como el acero y el vidrio para el mobiliario, una visión muy “90’s” de la tecnología como algo frío y sofisticado.

Se distribuye el mobiliario que aloja interactivos y gráficos, en dos grandes círculos tangentes abiertos que rompen esta frialdad con ese movimiento orgánico que expresa la esencia de la tecnología que se acerca a la complejidad y naturaleza más propios del ser humano.

A ambos lados de este mobiliario se disponen grandes paneles gráficos con colores primarios contrastados y al fondo de esta sala se sitúa un cuarto de esfera de acero y espejo espía.

La iluminación está diseñada de tal manera que cada mueble y cada panel dispongan de una luz dirigida que permita su legibilidad pero que, al mismo tiempo, no invada al espacio de la luz general. Este juego permite que la esfera situada al fondo desde fuera de la misma se perciba como una estructura compuesta de meridianos y paralelos de tubos de acero (ya que el efecto del espejo espía permite que éste se vea transparente) y que cuando entremos a la misma, cuyo suelo y pared, revestido de espejo, y dotado de una luz más general, la entendamos como una esfera completa en la que nos vemos reflejados constantemente, relacionando el mundo de internet, que se trata en este espacio, como algo complejo y repetitivo que traslada información que nosotros mismos facilitamos a terceros de los que no somos conscientes. 

“El Quiosco de la innovación”

En el lateral izquierdo de esta sala se encuentra una abertura triangular que nos conduce a la sala “El Quiosco de la innovación”, un espacio blanco, lleno de aristas y con una altura máxima de 16 m aproximados. En este espacio se dan a conocer, a través de revistas, vídeos y una proyección interactiva de gran formato, varios centros de investigación del País Vasco.

La iluminación se concentra en los puntos de información, se encasta en el zócalo que recorre la pared del pasillo de acceso a esta sala y se dirige a las aristas entre paredes y techos; de nuevo medimos y jugamos con la luz, para iluminar puntualmente los centros del recorrido conceptual y poder proyectar sobre paredes y pantallas sin perder la calidad de las proyecciones por invasión de luz.

En el centro de la sala se sitúa una pirámide truncada de base triangular con una base de estructura de hierro y revestida con panel fenólico de color blanco y negro. La cara que nos recibe es de color negro y está troquelada con rectángulos de los que emergen cubos de metacrilato opal con luz azul y blanca en su trasera, que laten al unísono. Algunos de estos cubos hacen la función de revisteros. La segunda cara es de color blanco y de nuevo se repite el troquelado, de ella surgen pantallas táctiles e imágenes fijas retroiluminadas.

La última es de color negro y allí hay una gran pantalla de metacrilato que recibe una retroproyección que se dirige a través de un tótem exento situado en frente de esta zona.

“Cuidando el planeta desde casa”

La siguiente sala se denomina “Cuidando el planeta desde casa”, un espacio de 112 m2 de superficie aproximada y una altura de 2,85 m, situada en el nexo de unión entre los dos edificios piramidales.

Recrea un ambiente combinado de cocina y salón de un posible tiempo futuro donde ambos espacios se confunden y abrigan con una clara tendencia de formas rescatadas de los 60’s, un uso de materiales innovadores y actuales: cristales, un material sintético compuesto por dos terceras partes de minerales naturales y una de acrílico de alta resistencia, skais, metales, etc., colores blancos que mediante el uso y la posición de las diferentes fuentes y colores de luz, puedan transformarse en colores cálidos o fríos.

La organización de este interior se realiza a través de dos mesas de formas sinuosas que conducen y contienen dos interactivos multimedia, bajo las cuales, y en su perímetro interior, situamos luz de color blanco cálido y azul regulable en intensidad. Sobre éstas, encastadas en el falso techo de la sala, hay focos de luz blanca distribuidos de forma radial respetando el centro de las mesas.

Esta sala se inscribe entre 3 tabiques contiguos perpendiculares entre ellos, y uno más, situado de manera oblicua al espacio y que deja dos entradas-salidas en sus extremos. El tabique oblicuo y blanco contiene ventanas de formas trapezoidales y acabados romos que funcionan como expositores de objetos reales y/o gráficos, en el interior de las cuales, semiocultamos luminarias regulables de colores azules. 

El tabique que lo sigue, el de menor longitud, alberga cuatro puertas acolchadas, de formas trapezoidales romas en sus cantos, tras las que situamos gráfico y objeto real y que iluminamos con luz perimetral de color azul. Sobre las dos paredes que restan, proyectamos dos imágenes de gran formato, y para su visionado, disponemos pufs cuyas formas recuerdan a piedras de cantos rodados de color blanco.

“¡A toda máquina! Otros mundos a nuestro alrededor”

A través de una rampa accedemos a la “¡A toda máquina! Otros mundos a nuestro alrededor”, una zona de 325 m2, una altura mínima de 1.30 m y una altura máxima de 13 m.

Para desarrollar un circuito lógico y coherente con los conceptos que se querían transmitir y que se recogen en el proyecto museológico de BTEK, se ha creado un laberinto en este interior utilizando tabiquería mixta que integra interactivos, proyecciones, gráficos, etc.

Pasamos por  ambientes diferenciados que facilitan la lectura, interactividad y comprensión y que refuerzan las temáticas de los contenidos que se encuentran en esta área. A partir de esta estructura general, se reparten cuatro zonas que tratan temas de: Nanotecnología, Biotecnología, Robótica y Sostenibilidad.

Continuamos nuestro recorrido con robótica, un área de dimensiones más reducidas, ubicada entre tres paredes viniladas con colores semitransparentes, una de ellas contenedora de un robot emocional y mamparas de cristal tras las que alojamos un brazo robótico.

“Tecnología de ida y vuelta”

El espacio “Tecnología de ida y vuelta” trata la sostenibilidad representada con curvas simples y amables, geometrías que abrigan al visitante para que se convierta en parte integrante de este último discurso.

Proyecciones salpican un espacio que se semicierra entre dos curvas cóncavas de tela de proyección, sobre el que se descuelgan multitud de licras circulares, urnas contenedoras de objetos de reutilización y reciclaje reales que arrancan en el suelo y recorren parte de paredes.

En un interactivo a doble pantalla los visitantes toman decisiones a lo largo de los ciclos de vida de diversos productos del cotidiano.

“L@btek” 

La última sala “L@btek”, es el laboratorio del centro, cuenta con un área de 175 m2 y una altura de 2,50 m.

El acceso se realiza a través de un pasillo de paredes oblicuas de color negro. En la que queda a nuestra izquierda se sitúan círculos de diferentes diámetros y a diferentes alturas, con señalética propia de laboratorio y a la derecha se dispone de una hilera de perchas en las que se prevé colgar batas blancas de papel con el logotipo BTEK, que los visitantes se podrán llevar como recuerdo.

El interior esta dividido con dos grandes telas de proyección formando arcos amplios que permiten un primer visionado de una proyección. En el laboratorio se sitúa mobiliario de sillería y mesas para que el público realice las prácticas y/o reciban una charla dirigida. Dos de las paredes se salpican con círculos acolchados de diferentes diámetros y situados a alturas diferentes, que recogen gráficos de todo el recorrido de BTEK.

 
 
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