La Comisión Europea ha actualizado las normas de ecodiseño para cargadores externos con el objetivo de reducir la huella energética y ambiental asociada a la fabricación y el uso de los dispositivos. Esta iniciativa busca consolidar el uso del cargador común USB-C en la Unión Europea. A través de la revisión de los requisitos de ecodiseño para fuentes de alimentación externas (EPS), como cargadores de móviles, ordenadores portátiles, routers y monitores, se exigirá que todos los dispositivos incorporen al menos un puerto USB-C y usen cables desmontables.
Esta revisión se basa en la armonización de los puertos de carga y la tecnología de carga rápida para dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas o portátiles, conforme a la Directiva revisada sobre equipos radioeléctricos. Estos cambios adicionales al Reglamento de Diseño Ecológico para EPS establecen los requisitos correspondientes para sus cargadores y un uso más generalizado del cargador común.
Además, esta medida forma parte del paquete de reformas del mercado único europeo, con un doble objetivo: facilitar la vida del consumidor y reducir el impacto ambiental de los dispositivos electrónicos. Los nuevos requisitos se publicarán próximamente en el Diario Oficial de la UE y entrarán en vigor 20 días después. Los fabricantes tendrán tres años para adaptarse, lo que sitúa la fecha de aplicación plena en finales de 2028.
Menos residuos, más ahorro energético
Según datos de la Comisión Europea, la iniciativa podría generar un ahorro energético del 3% en el ciclo de vida de los cargadores, lo que equivale al consumo anual de unos 140.000 vehículos eléctricos. También se prevé una reducción del 9% en emisiones de gases de efecto invernadero y del 13% en otras emisiones contaminantes.
Para los consumidores, el impacto será también económico: se estima un ahorro anual cercano a los 100 millones de euros al evitar la compra innecesaria de nuevos cargadores para cada dispositivo.
Para garantizar la claridad al consumidor, los productos que cumplan con los nuevos requisitos llevarán un logotipo ‘EU Common Charger’, facilitando su identificación en el mercado.
Esta medida se suma a la ya aprobada en 2022, que obligará a que todos los nuevos móviles vendidos en la UE incluyan puerto USB-C a partir de 2024. Con esta nueva normativa, Bruselas extiende la interoperabilidad a una gama mucho más amplia de dispositivos electrónicos.