María Figols, CSO, cofundadora de inBiot y WELL AP

María Figols, CSO, cofundadora de inBiot y WELL AP.

La calidad del aire ya no es un extra, sino que es un requisito esencial para garantizar la salud en los edificios, según María Figols, CSO, cofundadora de inBiot y WELL AP.  En esta entrevista, María destaca la importancia de la calidad del aire interior en los edificios inteligentes, subrayando que ya no puede considerarse un aspecto secundario, al tiempo que explica por qué la monitorización continua es fundamental tanto para garantizar la salud como para cumplir con la certificación WELL.

María Figols, CSO, cofundadora de inBiot y WELL AP, considera que los edificios deben mostrar con el paso del tiempo que mantienen sus niveles de calidad del aire, a través de mediciones continuas.

CASADOMO: En los proyectos de edificios inteligentes la tecnología y el confort son lo más valorado, aunque la monitorización de la calidad del aire interior está adquiriendo más relevancia. ¿Considera que la calidad del aire interior sigue siendo un aspecto subestimado en muchos proyectos de edificación saludable? 

María Figols: Lo que respiramos dentro de un edificio condiciona directamente nuestra salud y productividad, pero todavía en muchos proyectos se sigue viendo la calidad del aire como un simple requisito técnico, cuando en realidad es uno de los indicadores más determinantes del bienestar en los edificios.

La Organización Mundial de la Salud o ASHRAE llevan años advirtiendo de que un aire limpio y controlado reduce enfermedades, mejora la productividad y hasta protege nuestra función cognitiva. WELL ha hecho suyo este mensaje, situando el aire como el primer concepto de la certificación. Sin embargo, lo que a menudo se olvida es que no basta con medir una vez: es la información continuada la que garantiza que el edificio mantiene sus condiciones a lo largo del tiempo.

Y aquí está la clave. Con una estrategia de seguimiento permanente no solo se asegura la salud de los ocupantes, sino que además se pueden obtener más de 10 puntos adicionales en WELL, un valor que en muchos proyectos puede marcar la diferencia entre alcanzar el nivel de certificación deseado o quedarse atrás.

CASADOMO: Para garantizar una buena calidad del aire interior es esencial la recalibración de sensores de monitores de continuo, un requisito que genera mucha confusión en las empresas. ¿Cuáles son las obligaciones que marca WELL al respecto? ¿Cómo cumple inBiot con este requisito? ¿De qué manera afecta a los responsables de proyectos o sostenibilidad en su día a día?

María Figols: WELL es un estándar basado en el rendimiento real del edificio, no en la teoría. Esto significa que no basta con medir una vez durante el proceso de certificación y darlo por concluido, el edificio debe demostrar con el paso del tiempo que mantiene sus niveles de calidad ambiental.

En el caso concreto de la calidad del aire, el WELL Performance Verification Guidebook lo establece de forma muy clara: todos los sensores deben recalibrarse o sustituirse cada tres años, y la documentación correspondiente debe presentarse al International WELL Building Institute (IWBI) en el formato exacto requerido.

Este requisito es muy estricto porque de poco sirve tener sensores instalados si los datos que generan no son fiables. El problema es que, en la práctica, muchos equipos de proyectos descubren esta obligación demasiado tarde. A menudo se encuentran con auditorías retrasadas por falta de informes válidos, con sobrecostes derivados de visitas técnicas adicionales o incluso con lagunas en los datos que ponen en riesgo la certificación. Para un responsable de sostenibilidad o un gestor de proyectos, esto se traduce en estrés, incertidumbre y en una carga de trabajo añadida que no siempre estaba contemplada.

Desde inBiot hemos visto estos problemas repetirse en numerosos proyectos, y por eso hemos diseñado nuestra propuesta para que el cumplimiento de este requisito sea automático y sin sobresaltos. Con nuestros dispositivos MICA y la documentación asociada, los equipos disponen siempre de informes en el formato exacto que solicita IWBI, evitando así los típicos retrasos o errores que aparecen cuando la gestión depende de varios proveedores distintos.

CASADOMO: Los dispositivos MICA incorporan conectividad wifi, NB-IoT/LTE-M, LoRaWAN y Sigfox, para facilitar su integración en los sistemas de ventilación y climatización de los edificios. Desde su experiencia como WELL AP, ¿cómo valoraría esta integración tecnológica para optimizar la eficiencia operativa y de datos en un proceso de certificación WELL?

María Figols: Una de las grandes ventajas de los dispositivos MICA es precisamente su versatilidad en conectividad. Gracias a la compatibilidad con tecnologías como wifi, NB-IoT/LTE-M, LoRaWAN o Sigfox, podemos adaptarnos a prácticamente cualquier escenario de edificio, ya sea una oficina en el centro de una ciudad, un campus universitario o un parque empresarial con múltiples sedes. Esta flexibilidad es clave porque permite que los datos de calidad del aire se integren directamente en los sistemas de ventilación, climatización o gestión del edificio (BMS), lo que facilita un control más inteligente y en tiempo real.

Desde la perspectiva de WELL, esta integración tecnológica aporta un doble valor. Por un lado, asegura la continuidad y fiabilidad de la recogida de datos, algo imprescindible para justificar el cumplimiento de los requisitos ante el IWBI. Por otro lado, abre la puerta a una gestión operativa más eficiente, donde las decisiones sobre ventilación o climatización se apoyan en datos precisos, evitando consumos innecesarios de energía y mejorando al mismo tiempo la experiencia de los ocupantes. En definitiva, la monitorización deja de ser un sistema aislado para convertirse en una herramienta activa que impulsa la eficiencia, la sostenibilidad y el bienestar dentro del proceso de certificación WELL.

CASADOMO: Además de MICA, ¿qué otras soluciones de inBiot pueden ayudar a mejorar la calidad del aire y obtener la certificación WELL?

María Figols: Aunque MICA es la base tecnológica, lo que realmente permite a los equipos avanzar en la certificación WELL es el ecosistema que lo acompaña. Un ejemplo fundamental es la plataforma My inBiot Business, que centraliza todos los datos recogidos y genera automáticamente los informes en el formato exacto que solicita el International WELL Building Institute. Esto facilita enormemente la labor de los responsables de sostenibilidad, ya que disponen de evidencias listas para auditorías y recertificaciones, sin tener que dedicar horas a procesar información o coordinar proveedores distintos.

Gracias a la plataforma My inBiot Businness, los administradores tienen centralizados los datos recopilados por los sensores.

Además, hemos querido dar un paso más con soluciones que simplifican los aspectos más delicados del cumplimiento. Un buen ejemplo es nuestro nuevo servicio WELL Compliance Replacement que garantiza que los dispositivos cumplen siempre con los requisitos de recalibración o sustitución establecidos por WELL. Se trata de un servicio pensado para que los equipos puedan olvidarse de este punto crítico y concentrarse en el diseño y la estrategia de sus proyectos, con la seguridad de que la parte técnica está cubierta.

CASADOMO: inBiot acaba de lanzar WELL Compliance Replacement. ¿En qué consiste este servicio? ¿Qué beneficios adicionales aporta a los clientes que apuestan por él?

María Figols: Precisamente nuestra misión era simplificar este proceso crítico que tanto preocupa a los equipos de proyectos. WELL Compliance Replacement nace de una realidad: los sensores deben recalibrarse o sustituirse cada tres años, y cumplir con este requisito suele ser un quebradero de cabeza por la logística, los costes y el riesgo de quedarse sin datos durante el proceso.

Con este servicio ofrecemos una solución directa, sustituimos automáticamente cada dispositivo MICA por una nueva unidad idéntica en los intervalos que marca la certificación. El cliente no tiene que preocuparse de nada, ni de planificar fechas ni de coordinar visitas técnicas. El nuevo dispositivo llega ya calibrado, se instala de manera inmediata y la monitorización continúa sin cortes. Además, la documentación de estado de calibración se genera en el formato exacto que exige el International WELL Building Institute, lista para presentar en auditorías o recertificaciones.

El valor añadido está en lo que esto significa para el día a día de los equipos. Se eliminan los riesgos de incumplimiento, se reducen costes operativos al evitar calibraciones in situ y se gana eficiencia, porque el proceso queda completamente automatizado. En definitiva, es una solución llave en mano que libera tiempo y energía a equipos de arquitectura o consultoría, o responsables de sostenibilidad, permitiéndoles centrarse en lo que realmente aporta valor al proyecto mientras tienen la certeza de que la parte técnica del cumplimiento WELL está cubierta sin fisuras.

CASADOMO: En un periodo a medio plazo, ¿cree que la monitorización continua para cumplir los requerimientos de calidad del aire de estas certificaciones irá en aumento? ¿Qué acciones deberían tomar las empresas como inBiot para potenciar la implementación de sistemas de monitorización de calidad del aire interior?

María Figols: Sin duda. La tendencia es clara. Cada vez más organizaciones no solo buscan obtener una certificación para mostrar un logro puntual, sino que quieren mantenerla en el tiempo como parte de su estrategia de sostenibilidad y de sus compromisos ambiental, social y de gobernanza (ESG). En ese contexto, la monitorización continua deja de ser una opción para convertirse en un requisito básico, porque es la única forma de garantizar que los espacios siguen ofreciendo salud, bienestar y eficiencia más allá del día de la auditoría inicial.

El mercado inmobiliario ya está reflejando esta evolución. Los activos certificados con sellos como WELL están mejor valorados, y los propios inquilinos y usuarios finales empiezan a exigir pruebas reales de calidad ambiental en sus lugares de trabajo y de vida. En pocos años será impensable diseñar un edificio saludable sin sistemas de monitorización continua, del mismo modo que hoy nadie concibe un edificio sin sistemas de seguridad contra incendios.

Para empresas como inBiot, esto supone una gran responsabilidad, pero también una oportunidad. Debemos seguir desarrollando soluciones que hagan que este cumplimiento sea sencillo, automático y accesible para cualquier tipo de proyecto, desde grandes corporaciones hasta edificios de menor escala. Eso implica combinar tecnología robusta con plataformas digitales que simplifiquen el reporting, y ofrecer servicios que eliminen la complejidad a los equipos de proyectos. Nuestro papel es actuar como socios tecnológicos que facilitan la transición hacia edificios más saludables y sostenibles, ayudando a que la monitorización continua se convierta en un estándar del sector y no en una excepción.

 

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