El proyecto SmartLine estudia el papel de la tecnología en la prevención de la aparición de humedad y moho en las viviendas

Panel de Monitorización.

En el interior de las viviendas, las personas pasan mucho tiempo y es necesario conocer la calidad del aire interior, con el fin de garantizar un mayor confort y seguridad de los usuarios. Una mala calidad del aire en los hogares puede dar como resultado la aparición de humedad y moho, los cuales a la larga pueden provocar daños en la salud. Para evitar esta problemática, el proyecto SmartLine ha llevado a cabo una investigación para conocer el papel de las tecnologías digitales en la recopilación de datos en el entorno del hogar, utilizando sensores innovadores, para mejorar la seguridad y el confort.

El proyecto SmartLine se ha centrado en estudiar la importancia de la tecnología para controlar los altos niveles de humedad y la aparición de moho en las viviendas.

El proyecto SmartLine está liderado por la Universidad de Exeter (Reino Unido) y ha contado con la colaboración de Coastline Housing, el Consejo de Cournalles, la Red Académica de Ciencias de la Salud del Suroeste (SWAHSN) y Volunteer Cornawall. Con un presupuesto de 8,7 millones de libras esterlinas, el proyecto comenzó en 2017 y durante seis años se ha estado monitorizando los datos ambientales de 320 viviendas de la ciudad de Cornwall (Reino Unido), con la finalidad de mejorar la calidad del aire interior y evitar así la aparición del moho.

La premisa principal de este proyecto era que, si algo se monitoriza, tiene el potencial de arreglarse. En base a esto, el proyecto se centró en monitorizar diferentes parámetros ambientales, como la temperatura del aire, la humedad relativa y la calidad del aire, para determinar el papel que desempeñan las tecnologías digitales en apoyo a la salud y el bienestar de las personas a través de mejores conexiones sociales y viviendas.

SmartLine ha contado con una inversión de 8,7 millones de libras esterlinas.

Antes de comenzar el proyecto, los investigadores necesitaban conocer el grado tecnológico que poseían los voluntarios. Para ello, los investigadores formaron grupos focales cualitativos y realizaron entrevistas telefónicas a 23 personas que vivían en las viviendas sociales de Coastline Housing. La competencia digital autopercibida por los participantes varió ampliamente, desde ‘dispuestos e incapaces’ hasta ‘expertos’.

Paneles de datos

Los resultados mostraron que las personas quieren y necesitan utilizar la tecnología para mejorar la salud, el bienestar y sentirse socialmente conectados. En general, la gente tenía percepciones positivas y compartía la voluntad de probar nuevas tecnologías, preferiblemente aquellas que promovieran un estilo de vida saludable, les ayudaran a acceder a información de salud y aumentaran las conexiones sociales, como monitores de actividad portátiles, asistentes virtuales y aplicaciones de mensajería social.

El panel de datos permite conocer los valores de los diferentes parámetros monitorizados y proporciona información útil a los usuarios de cómo afectan a la salud cada una de las variables.

Sin embargo, se dieron cuenta que la tecnología que utilizaran debía ser fácil de usar y útil, garantizando así que los propietarios de las viviendas realizaran acciones para mejorar la calidad del aire interior. Tras varios prototipos, SmartLine, Coastline Housing y los participantes del proyecto trabajaron juntos para codiseñar dos paneles de datos, de los cuales uno iba destinado a Coastline Housing y el otro sería para los usuarios.

El panel de datos tenía un doble objetivo: debía ayudar a los propietarios a gestionar el entorno de su hogar, al tiempo que mostraba posibles problemas al equipo de Coastline Housing. El panel de los usuarios como el panel de Coastline Housing contaban con varios elementos en común, como el uso de un código de colores de semáforo y un menú de opciones de visualización. En la versión para los usuarios, los investigadores tuvieron que añadir varias mejoras para garantizar que los propietarios sacaran el máximo rendimiento a los datos proporcionados por los sensores.

Para ello, en el panel de los usuarios se incluyeron explicaciones sobre qué significan las lecturas y cómo pueden afectar a la salud, y una serie de orientaciones sobre cómo las personas pueden adaptar su hogar para mejorar la salud. En cualquiera de los casos, gracias a este dispositivo, ambas partes tienen la posibilidad de identificar cualquier cosa fuera de lo común y tomar medidas ante de que el problema se agrave.

El equipo de SmartLine llevó a cabo sesiones formativas con los propietarios para ayudarles a entender e interpretar los datos recopilados por los sensores.

Una vez diseñados los paneles de datos, SmartLine procedió a la instalación de más de 1.000 sensores inteligentes repartidos en 320 viviendas de la ciudad de Cornwall. Estos sensores se encargaron de recopilar datos relacionados con las condiciones ambientales interiores, como temperatura del aire, humedad relativa y calidad del aire. Asimismo, los sensores fueron diseñados para que a su vez recogieran información en relación con el uso de la energía y del agua en las viviendas.

La tecnología como aliada para monitorizar el moho

Uno de los puntos importantes del estudio del proyecto SmartLine fue analizar el moho que aparece en las viviendas cuando existe un alto porcentaje de humedad. Este estudio ayudó a valorar las medidas que había que tomar para evitar su aparición y, para ello, se contó con la ayuda de la tecnología.

Los sensores hacen mediciones entre tres y cinco minutos de la temperatura, humedad relativa y calidad del aire interior de las viviendas.

El moho generalmente necesita altos niveles de humedad para crecer, normalmente alrededor del 70% u 80%. La humedad interior puede deberse a la entrada de agua en la casa, a la humedad ascendente o a la condensación. A menos que las viviendas tengan una ventilación y/o una calefacción adecuadas, la humedad puede provocar moho, situación que afecta particularmente a los hogares que sufren de pobreza energética.

Uno de los métodos más utilizados para medir el crecimiento del moho es el modelo VTT, el cual fue elegido por los investigadores porque es adecuado para datos de entrada de temperatura y humedad relativa de series temporales. Capta la influencia de las condiciones históricas en la predicción actual del nivel de moho. También tiene flexibilidad en la tasa de cambio para diferentes niveles de moho y diferentes duraciones de condiciones de crecimiento desfavorables, además de permitir una disminución del crecimiento.

Uno de los puntos en los que se centró el proyecto fue en monitorizar las condiciones que propician la aparición y crecimiento del moho.

En este estudio, se probó la usabilidad del modelo VTT para lecturas de sensores de temperatura y humedad del aire de los hogares de los residentes que viven en las viviendas sociales de Cornwall. Los investigadores compararon los resultados de diferentes modelos con las respuestas de los ocupantes sobre el moho en sus hogares. Se tomaron series temporales de lecturas de la humedad relativa y la temperatura del aire tanto en el dormitorio como en la sala de estar cada tres a cinco minutos.

Los resultados revelaron que, en la sala de estar, las predicciones de moho basadas en medidas de humedad relativa y temperatura se relacionaban correctamente con la presencia de moho en el hogar. Mientras que las predicciones basadas en medidas del dormitorio relacionaron correctamente con la presencia de olor a moho. Las principales implicaciones de estos hallazgos son para aplicaciones futuras para determinar la intervención mínima requerida para controlar la humedad relativa y reducir los niveles de moho previstos.

Según los investigadores, el uso de sistemas en un control inteligente doméstico evitaría la aparición del moho, mejorando la seguridad de los propietarios.

Según el estudio, existen dos impactos al utilizar el modelo VTT. El primero es poder predecir y prevenir el crecimiento de moho en los hogares, mediante la identificación de niveles de humedad relativa que minimicen el crecimiento de moho. El segundo es cómo se podrían utilizar los resultados de este modelo para informar al futuro control inteligente del entorno doméstico. Con la monitorización de los niveles de humedad a través de sensores, un sistema de control inteligente podría reaccionar según sea necesario para evitar las condiciones favorables al moho.

Conclusiones del proyecto SmartLine

Tras seis años de trabajos de monitorización de 320 viviendas, los investigadores del proyecto SmartLine llegaron a la conclusión de que la tecnología digital puede proporcionar una visión general de las condiciones existentes dentro del hogar. Gracias a esto, los administradores de las viviendas sociales tienen la posibilidad de identificar los problemas que afectan a la estructura del edificio y orientar el apoyo a los residentes.

Asimismo, se desarrolló un nuevo modelo capaz de identificar el crecimiento del moho en el hogar, que, junto con los sensores, permite a los propietarios y administradores de viviendas sociales predecir y prevenir el crecimiento del moho. La investigación también descubrió que los productos de limpieza domésticos comunes pueden aumentar el riesgo de asma, por lo que SmartLine aboga por un mejor etiquetado de estos productos, al tiempo que aconseja a las personas que ventilen sus hogares mientras los utilizan.

Por último, SmartLine destacó las cuestiones superpuestas de la pobreza energética, la movilidad y la salud mental. Los investigadores recomiendan un enfoque más flexible para las definiciones de pobreza energética que tenga en cuenta la salud, porque algunas personas son más susceptibles al frío y muchos hogares pobres en combustible también tienen una movilidad muy limitada.

 
 
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