Metro de Madrid ha puesto en marcha un proyecto para mejorar la calidad del aire en sus estaciones. El sistema de transporte ha lanzado una iniciativa para monitorizar en tiempo real los niveles de contaminantes en el aire, respondiendo a la creciente preocupación por la salud pública y la sostenibilidad. El proyecto ha sido liderado por la empresa Aire Limpio, con la colaboración de inBiot, que ha proporcionado la tecnología necesaria para llevar a cabo la monitorización.
Además, se han instalado dispositivos MICA WELL NB-IoT y se ha utilizado la plataforma My inBiot para recolectar datos sobre parámetros como CO2, partículas en suspensión (PM2.5), NO2, ozono y formaldehído en varias estaciones del metro. Asimismo, se instalaron 14 unidades en las estaciones seleccionadas.
Un sistema de precisión con My inBiot
El sistema de monitorización se eligió por su capacidad su precisión, autonomía a largo plazo y capacidad para transmitir datos en tiempo real a través de redes NB-IoT, crucial para zonas subterráneas sin wifi ni Ethernet estables. Usando la red celular NB-IoT, los datos de calidad del aire se envían a My inBiot de manera constante y sin interrupciones, incluso en zonas con acceso limitado a la infraestructura de comunicación.
Uno de los retos del proyecto de Aire Limpio fue implementar un sistema en estaciones subterráneas con cobertura de red limitada y acceso restringido. La conectividad NB-IoT de inBiot permitió un flujo continuo de datos sin infraestructura adicional. La ubicación de los sensores también fue crucial, ya que requirió un posicionamiento personalizado en función de la densidad de ocupación y las condiciones ambientales variables en andenes, pasillos y vestíbulos.
Monitoreo constante
Los dispositivos permiten un monitoreo continuo las 24 horas, lo que ha ayudado a detectar picos de contaminantes durante las horas punta, incluso en áreas subterráneas con acceso limitado a la red. La conectividad de NB-IoT de inBiot ha garantizado que no haya pérdida de datos, incluso en las zonas de mayor tráfico.
Por su parte, los equipos de mantenimiento obtuvieron un mayor conocimiento de la situación a través de paneles y alertas centralizados, lo que permitió una toma de decisiones más rápida basada en datos. También hay una mejor percepción de la calidad del aire y del confort, esto contribuyó a un entorno más seguro y agradable tanto para los pasajeros como para el personal del metro.
La implementación de este sistema también ha permitido ajustar los sistemas de ventilación del metro, mejorando la circulación del aire en función de los niveles de contaminación detectados. Esta medida ha contribuido a mejorar el confort de los pasajeros y el personal del metro.
El sistema está diseñado para ser escalable, lo que permitirá su expansión a otras estaciones del metro en el futuro. Los dispositivos utilizados no requieren mucho mantenimiento y tienen una vida útil de más de 10 años, lo que hace que el proyecto sea viable a largo plazo.