El proyecto MISEL, financiado por la Unión Europea, ha logrado el desarrollo de un sistema de visión artificial compacto y eficiente para dispositivos inteligentes. Este sistema se centra en la edge computing, un proceso que permite a los dispositivos procesar la información de forma local, donde se genera y se utiliza, sin depender exclusivamente de servidores remotos. Este enfoque es clave para lograr la autonomía y la eficiencia de los dispositivos inteligentes del futuro.

Según Jacek Flak, coordinador del proyecto y experto del Centro de Investigación Técnica VTT de Finlandia, la edge computing permite que los sistemas funcionen de manera autónoma, incluso cuando no hay conexión de red disponible, lo que es especialmente valioso en zonas deshabitadas o en áreas afectadas por desastres naturales. Además, reduce los problemas de seguridad y privacidad derivados de las transferencias de datos hacia servidores remotos.
Visión artificial
El proyecto MISEL ha reunido a expertos de diversos campos, como la ciencia de materiales, la electrónica y el diseño de algoritmos, con el objetivo de crear un sistema de visión artificial capaz de interpretar cambios en el entorno de manera eficiente y confiable. Se han diseñado sensores celulares bio inspirados que imitan ciertas funciones de la retina y el cerebro humano, lo que mejora la capacidad del sistema para procesar imágenes en condiciones variables de iluminación.
Una de las innovaciones clave es la integración de fotodetectores basados en puntos cuánticos, lo que extiende la sensibilidad de los sensores hacia el espectro infrarrojo cercano. Además, se han introducido algoritmos avanzados que optimizan el equilibrio entre rendimiento y eficiencia, permitiendo su implementación en dispositivos pequeños y de bajo consumo energético.
Hardware y algoritmos
Una de las principales características del proyecto ha sido el enfoque en el diseño conjunto de hardware y algoritmos, lo que ha permitido una integración más eficiente y fiable de ambos aspectos. Los sistemas diseñados no solo permiten el procesamiento visual en tiempo real, sino que también incorporan aceleradores de IA en el borde, especializados en resolver las complejas operaciones necesarias para los algoritmos de inteligencia artificial.
Los investigadores identificaron soluciones técnicas que permiten la fabricación de dispositivos más fiables y con mayor capacidad de procesamiento, sin comprometer su tamaño o consumo energético. Este avance abre nuevas posibilidades para la percepción ambiental en aplicaciones de robótica autónoma y drones, con potenciales usos en tareas como la búsqueda de supervivientes en zonas de desastre, vigilancia de seguridad, y asistencia a la conducción en vehículos inteligentes.
Los avances del proyecto MISEL no solo mejoran la visión artificial, sino que también abren nuevas puertas para el desarrollo de robots autónomos. Kovilta, socio del proyecto, ha anunciado planes para seguir desarrollando las estructuras aceleradoras utilizadas en aplicaciones de robótica móvil autónoma y en la industria automotriz. Otros socios, como VTT, también están ampliando sus servicios y capacidades gracias a las tecnologías desarrolladas durante el proyecto.