La Fundación IVE presenta una metodología para certificar el diseño de las oficinas

La metodología Bes Oficina ayuda a conocer a las empresas si su oficina es un lugar de trabajo tiene confort.

El Instituto Valenciano de la Edificación ha desarrollado una metodología para certificar la calidad de los espacios de oficinas, que permite conocer si cumple las condiciones idóneas para la productividad de sus trabajadores. Esta actividad ha sido cofinanciada bajo el convenio suscrito entre la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio y el Instituto Valenciano de la Edificación; así como bajo el marco del proyecto Smart and Sustainable Offices (SSO).

La metodología Bes Oficina ayuda a conocer a las empresas si su oficina es un lugar de trabajo tiene confort.

La metodología de Bes Oficina surge a raíz del proyecto internacional Smart and Sustainable Offices (SSO), desarrollado en el contexto del programa Building Tecnologies Accelerator. Dentro de esta metodología, existe un sistema de evaluación que determina qué grado de confort ofrecen las oficinas. Para ello, se divide en tres módulos, los cuales se evalúan por separado: salud y bienestar, protección medioambiental y calidad de los espacios. Cada uno de estos módulos pueden alcanzar dos niveles: alto y muy alto.

Las empresas que se someten a esta certificación necesitan obtener como mínimo la calificación de alto en alguno de los módulos.

Protección del medio ambiente

Dentro de este módulo se estudian dos requisitos: por un lado, ahorro de energía. Se busca que las empresas reduzcan el consumo de energía, al tiempo que dicha energía provenga de fuentes renovables, para combatir el cambio climático y el efecto invernadero.

Por otro lado, que sea sostenible donde se valora que las compañías utilicen recursos sostenibles en la construcción de los edificios, así como la optimización de los recursos, como el ahorro en el consumo del agua, gestión de los residuos, movilidad sostenible, entre otros.

Salud y bienestar

En el segundo módulo entran en juego cuatro factores. El primero trata sobre la calidad del aire de los edificios, en los que se mide el aporte de aire exterior que entra en las oficinas, además del mantenimiento de la calidad del aire o la capacidad de regulación y control por parte del usuario.

El segundo factor es el confort térmico en el que se mide la temperatura que existe en la sala para que los usuarios se encuentren en una condiciones de temperaturas y humedad adecuadas. El confort acústico se valora el acondicionamiento del puesto de trabajo, el nivel de ruido y la protección acústica para no sobrepasar los decibelios establecidos como normales. Por último, está el confort lumínico, que se centra en que las oficinas tengan iluminación natural y se complemente con la artificial, en momentos de baja luminosidad.

Calidad de los espacios

La distribución es un factor importante dentro de la calidad laboral, por ello, se analiza la funcionalidad de la distribución, la flexibilidad de los espacios o la equidad del puesto de trabajo. Junto a la distribución, el equipamiento de la oficina, el diseño inclusivo o la imagen y la biofilia complementan la calidad en los puestos de trabajo para que el usuario tenga mayor rendimiento, al tiempo que contiene confort.

 
 
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