Edificio Inteligente de Málaga

Málaga es considerada como la ciudad española más inteligente del país por su alto grado de implantación tecnológica, según el Ranking de Ciudades Inteligentes que publicó la consultora IDC en 2011. Esta smart city no deja indiferente a nadie con su nuevo Edificio Múltiple de Servicios Municipales, sede de diversas áreas y concejalías del ayuntamiento. Un edificio inteligente en toda regla que incorpora numerosas instalaciones automatizadas.

Situado cerca de la estación de tren y del puerto malagueño, este smart building recibió el Premio Málaga de Equipamiento y Edificio Público 2011. Tras tres años y medio de construcción, comenzó a entrar en funcionamiento el pasado mes de noviembre. Su arquitecto, Javier Pérez de la Fuente, estructuró este inmueble volumétricamente en dos prismas de nueve y seis alturas sobre un zócalo común de tres niveles, ocupando así una superficie total de 32.000 metros cuadrados.

Los prismas en altura se sitúan de forma perpendicular al mar, aumentando el perímetro de la fachada para obtener una mejor iluminación de las áreas de trabajo y una óptima distribución del programa funcional que, de este modo, evita el anacrónico discurso de espacios nobles exteriores y espacios secundarios a los patios. Esta solución evita la sensación de excesivo volumen de un edificio masivo, permitiendo transparencias al mar desde la trama urbana situada tras él.

Esta construcción reconoce el entorno urbano, se adapta a las diferentes alturas de los demás edificios, potencia la idea de permeabilidad y juega con los vacíos ayudando a construir la urbe. Los ciudadanos pueden acceder a él a través de una plaza que les introduce en un gran atrio, a modo de antesala urbana, permitiéndoles la percepción global del espacio.

Además, sorprende por su mutuabilidad de imagen ya que, el vidrio de la fachada, un material altamente complejo por su relación con la luz (transparencia, translucidez, reflexión, opacidad), permite mediante un sistema de lamas móviles que el edificio se muestre como un objeto continuamente cambiante.

Piel mutante

En esta edificación destaca el sistema de lamas de vidrio del exterior, que son móviles y funcionan como una piel climática con dos funciones de ahorro energético diferentes. Por un lado, esta "piel" puede funcionar como una capa exterior adicional a la lluvia y al viento con un efecto reductor sobre la energía calorífica. Por otra parte, también puede operar como protector solar (complementado con el alero de hormigón de 1,6 metros) con un efecto reductor sobre la energía de refrigeración.

El posicionamiento de las lamas se hace mediante un dispositivo de control automático. Unos sensores de luminosidad y un programa de posición solar ajustan regularmente el ángulo de inclinación de las lamas para obtener el mejor comportamiento bioclimático. De este modo, en caso de lluvia o a partir de una determinada velocidad del viento, las lamas se ajustan igualmente de forma automática.

Instalaciones automatizadas

Automatización de las actividades, telecomunicaciones avanzadas, autonomía funcional y flexibilidad son los cuatro pilares básicos a los que se subordinan numerosos elementos como la climatización en VRV (Volumen de Refrigerante Variable), iluminación, instalaciones contraincendios, telefonía IP, voz, datos, megafonía, etc.

En primer lugar, para la automatización de la actividad, se ha incorporado la infraestructura necesaria para dar soporte a tareas que se desarrollan en el edificio: tomas de alimentación, de transmisión de datos, audio y video y de control. Todo ello unido e integrado por medio de redes locales y globales.

Por otro lado, el sistema de telecomuniaciones avanzadas permite transmitir cualquier tipo de información multimedia de la que se pueda hacer uso dentro del inmueble: audio, vídeo, datos, señales cortas de control, etc. Se caracteriza por ser integral (permite que por el mismo terminal se acceda a cualquier punto tanto interior como exterior al propio edificio), flexible (permite cualquier modificación y ampliable a exigencias futuras sin necesidad de realizar ningún tipo de modificación en las estructuras de cableado). Se configura en torno a los siguientes sistemas:

Pero si por algo se caracteriza este smart building es por su automatización y autonomía funcional ya que es capaz de controlar por sí mismo todas las instalaciones que incorpora: seguridad, control de presencia, climatización, depuración de aire, abastecimiento de agua, ascensores, iluminación, sistemas anti-incendios o apertura automática de puertas, entre otros.

Cabe destacar su flexibilidad y adaptabilidad al cambio, resuelto mediante una coordinada integración entre su arquitectura, sus detalles constructivos y sus infraestructuras, todo ello con el fin de proporcionar los servicios que satisfagan las más variables y diversas necesidades de sus ocupantes a lo largo de su vida útil.

 
 
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