El aparcamiento robotizado se basa en un conjunto de sistemas automatizados que permiten estacionar los vehículos de forma autónoma. Los aparcamientos conectados pueden ser de dos modalidades: semiautomáticos, donde el conductor aparca su vehículo, aumentando la capacidad de los estacionamientos; y robotizados, el sistema inteligente compuesto por equipos de elevación transporta el vehículo hasta la plaza de aparcamiento. El aparcamiento robotizado cuenta con un sistema informático que realiza la gestión y el control del estacionamiento conectado, mientras que el usuario dispone de una aplicación móvil para comunicarse en tiempo real con el parking inteligente.

Los estacionamientos robotizados pueden implementarse en espacios reducidos, ya que la colocación de los vehículos suele ser tipo colmena. Además, pueden estar construidos en el exterior o ser subterráneos. Los aparcamientos robotizados ofrecen múltiples ventajas como la optimización de los espacios, llegando a duplicar o triplicar el número de plazas, así como también aportan mayor comodidad para los usuarios, menores costes en el mantenimiento, más seguridad y también contribuyen a la reducción de las emisiones de CO2 y del tráfico.