Tienen el tamaño y aspecto externo de una tarjeta SD normal, y ofrecen exactamente las mismas características que éstas, pero con la ventaja añadida de contar con un conector USB incorporado. De este modo, pueden ofrecer una comunicación directa tanto con el ordenador como con cualquier otro dispositivo digital dotado de puerto USB, sin necesidad de utilizar ningún adaptador de tarjetas. Esto supone un importante ahorro económico y de tiempo para el usuario, ya que evitará tener que comprar, instalar y llevar encima el adaptador de tarjetas para poder transferir los datos de ésta al ordenador y viceversa.
Las nuevas iMC-12 suponen, en efecto, un nuevo concepto de almacenamiento y transferencia de archivos ya que permiten guardar directamente fotos, datos y archivos de todo tipo desde los dispositivos digitales portátiles que utilizan este sistema de memoria, como cámaras de fotos, PDAs, ordenadores portátiles, etc., y, en cualquier momento que el usuario desee, traspasar dicha información mediante una conexión directa al ordenador, en un solo gesto, y sin instalaciones previas de software ni de otros dispositivos.
Las iMC-12 están disponibles en cuatro modelos distintos, dependiendo de su capacidad: 256 Mb, 512 Mb, 1 GB y 2 GB.