La casa del futuro será una realidad táctil y experimentable
  del 10 al 13 de abril en la cuarta edición del Salón Inmobiliario
  de Madrid (IFEMA, pabellones 8 y 10. Invitación gratuita en www.saloninmobiliario.com).
  El sueño de una casa inteligente, capaz de tomar decisiones acertadas
  sin intervención del elemento humano o de hacernos más agradable,
  divertida, económica e, incluso, segura tanto la estancia como la ausencia
  de nuestra vivienda, ya no es un efecto especial en una película de ciencia-ficción.
  ¿Se imagina despertarse cada mañana con su programa de radio o
  televisión favoritos, al tiempo que su cafetera y tostadora comienzan
  a prepararle el desayuno, el cuarto de baño se ilumina con la intensidad
  que usted desea, justo al tiempo que el agua de la ducha comienza a correr -naturalmente
  a la temperatura que le gusta- y su ordenador portátil se enciende, se
  conecta con internet, le baja el correo electrónico y su impresora sólo
  le imprime los titulares de sus dos diarios favoritos? La Casa del Futuro, hoy,
  que podrá visitarse en el Salón Inmobiliario de Madrid, mostrará
  todo esto y muchísimo más.
En realidad, y a pesar de su aparente complejidad, lo anterior
  es tan sencillo de programar que hasta un chiquillo habituado a vérselas
  con un ordenador y la videoconsola sería capaz de hacerlo. El secreto
  reside en que La Casa del Futuro, Hoy es una vivienda en red, equiparable, por
  emplear un símil fisiológico, al sistema nervioso del cuerpo humano.
  Su cerebro -o mejor dicho, los tres cerebros de La Casa del Futuro, hoy, puesto
  que se trata de un conjunto de tres apartamentos con una zona ajardinada común
  y una superficie total de 450 metros cuadrados- es una unidad domótica
  cuyas órdenes se transmiten a través de una red alámbrica
  -como si de un nervio central se tratara- a la que están conectados todos
  los dispositivos (electrodomésticos, audio y vídeo, sistemas de
  calefacción, de seguridad, etc.) de la vivienda. El control de todos
  ellos se realiza mediante sencillas e intuitivas interfaces (pizarras electrónicas)
  instaladas en varias habitaciones. Un control que no sólo es manual o,
  mejor dicho, táctil: la mayoría de las unidades domóticas
  disponibles en el mercado también implementan sistemas de reconocimiento
  de voz. El resultado es, en contra de las opiniones que defienden que la tecnología
  deshumaniza, una relación con nuestra vivienda "más"
  natural y hasta humana.
La creación diferentes perfiles para cada uno de los habitantes
  de esta vivienda en red es una de las principales ventajas que los visitantes
  de La Casa del Futuro, hoy podrán experimentar. Desde luego, no a todo
  el mundo le gusta la misma intensidad de luz en el cuarto de baño, ni
  la misma temperatura del agua ni, por supuesto, los mismos diarios digitales.
  Agrupar un conjunto de acciones, como las enumeradas más arriba, es lo
  que se llama un "macro". Y macros pueden programarse en La Casa del
  Futuro, hoy tantos como se deseen. Por ejemplo, el "macro de lectura",
  que prepara una habitación la intensidad de luz que se desee (en varios
  puntos o sólo en uno), al igual que el volumen de la música o
  la temperatura de la calefacción, pues aunque el sistema de calefacción
  en común para toda la vivienda en La Casa del Futuro, hoy cada radiador
  es independiente de los demás. Y todo ello sin que la persona que vaya
  a disfrutar de un par de horas de lectura tenga otra cosa que hacer que elegir
  el libro en cuestión. O el "macro salida de casa", por el que
  la vivienda, en cuanto detecta la ausencia de personas dentro (La Casa del Futuro,
  hoy dispone de numerosos sensores de movimiento), activa los sistemas de alarma,
  baja las persianas, apaga la calefacción o reduce su temperatura en una
  o varias estancias de la casa. Los macros son también una fuente de ahorro
  de energía, al automatizar y distribuir consumos que en una casa convencional
  sólo pueden regularse mediante la intervención humana (siempre
  sujeta a continuos olvidos).
La comodidad de automatizar estas tareas, que sin una unidad domótica
  tendrían que realizarse una por una y tantas veces como alguien decida
  leer o marcharse de casa, no es la única ventaja de una vivienda en red.
  Otro de los aspectos que más llamará la atención de los
  visitante de La Casa del Futuro, hoy es su complejo, y a la vez fácil
  de instalar y de manejar, sistema de seguridad. De lo que no hay duda es que
  con la vivienda en red se alcanza un entorno de seguridad que sin la domotización
  del hogar sería imposible. Seguridad ante todo activa, frente al concepto
  tradicional de seguridad pasiva basado en una señal de alarma y un aviso
  en una central de seguimiento. Y seguridad frente a cualquier peligro del exterior
  como, y ésta es una de las principales novedades de La Casa del Futuro,
  hoy, del interior de la vivienda. Ante una fuga de gas o de agua, por ejemplo,
  el sistema de actuadores de La Casa del Futuro, hoy corta el suministro, emite
  una señal de socorro en el centro de averías que se tenga contratado
  e, incluso, puede hacerle llegar a usted un correo electrónico o un mensaje
  corto informándole del incidente. Más aún, también,
  si así lo ha programado, la vivienda en red puede activar el sistema
  de cámaras de vídeo -todas las estancias de La Casa del Futuro,
  hoy cuentan con al menos una- y conectarse con el ordenador de su lugar de trabajo
  para que evalúe el alcance de la avería. La posibilidad de comunicación
  remota con la vivienda es, sin duda, una de los principales logros de la domotización.
  Imaginemos, por ejemplo, que un intruso ha accedido a La Casa del Futuro, hoy.
  La presencia de movimiento en su interior sería captada por los sensores,
  que inmediatamente activarían el sistema de vídeo vigilancia,
  cuya señal podemos recibirla nosotros mismos, el personal de seguridad
  contratado o ambos a la vez. La unidad domótica permite zonificar la
  vivienda y activar diferentes medidas de vigilancia y anti-intrusión
  en cada estancia, además de permitirnos, si lo deseamos, de avisar al
  intruso, mediante nuestro teléfono móvil conectado con los altavoces
  del equipo de audio del salón, de que hemos advertido su presencia. Una
  aplicación más amable de esta sofisticada tecnología también
  permite que nos comuniquemos con cualquier visita inesperada desviando la llamada
  desde nuestro portero automático -provisto, naturalmente, de videocámara-
  hasta nuestro móvil, sin que la visita se percate de ello. En la vivienda
  en red el teléfono móvil es lo que el mando a distancia para la
  cadena de alta fidelidad o el televisor: el cordón umbilical que nos
  une con nuestros electrodomésticos. En La Casa del Futuro, hoy el teléfono
  móvil enciende y programa la lavadora, modifica la temperatura ambiental
  de la vivienda, activa el sistema de riego por aspersión del jardín
  y un sinfín más de acciones.
Junto con la seguridad, el ocio será otro de los grandes
  protagonistas de La Casa del Futuro, Hoy. Su visitante descubrirá las
  últimas novedades en tecnología Home Cinema, proyectores de vídeo
  con una definición de imagen sencillamente inimaginable o en sistemas
  de sonido envolvente. Puesto que La Casa del Futuro, hoy reproduce las condiciones
  de habitabilidad y espacio de una vivienda media, en la elección de los
  producto ha primado, además de su novedad tecnológica, su tamaño.
  De esta manera, el visitante descubrirá pantallas planas de hasta 42
  pulgadas y sólo 14,6 centímetros de grosor, tanto de plasma como
  TFT. Ni que decir tiene que el tubo catódico ha pasado a la historia
  en La Casa del Futuro, hoy. Desde luego el ocio deparará continuas sorpresas
  a la visita de esta vivienda en red: altavoces de sonidos envolvente con la
  apariencia de un rascacielos y una base equivalente a una cajetilla de cigarros;
  bafles instalados en el techo y que se orientan en función de nuestros
  gustos o del tipo de música que suena; cadenas de audio y vídeo
  que aúnan televisión digital , DVD, radio y música en MP3;
  o, sencillamente, diseños futuristas, como el del Holopro vidrio Amiran
  de 50 pulgadas, una pantalla para proyecciones de vídeo donde la imagen
  se refleja de forma nítida y brillante en la cara exterior, mientras
  que la interior se mantiene transparente durante la proyección. Por supuesto,
  el ocio de La Casa del Futuro, hoy también está en red, accesible
  desde cualquiera de los interfaces distribuidos por la vivienda o desde el ordenador
  personal.