Comdex se rinde al «WiFi»

No es ni una nueva mascota virtual ni un nuevo cachorrito de esos que hacen furor entre los ejecutivos que quieren estar «in», es el Standard que se esta imponiendo en conexiones inalámbricas.

Navegar por la Web, consultar el correo, o imprimir desde cualquier lugar de la oficina o de la casa, sin cables y con total libertad de movimientos es la lógica de la computación. Hace ya mucho tiempo que la industria ha venido presentando todo tipo de soluciones para ese fin, algunos al más puro estilo «waperware» y otros con productos ya en el mercado, pero que por un motivo u otro no han conseguido calar entre los usuarios. Todo lo contrario le esta ocurriendo al WiFi, la conexión inalámbrica que lleva por nombre oficial 802.11b, y que, además de conseguir el apoyo de los grandes fabricantes, esta siendo ya implantado en multitud de hogares de los EE.UU.

Con el apoyo de los grandes: Cisco, Sony, Dell, Compaq, Microsoft, entre otras, la tecnología inalámbrica 802.11b fue la reina de Comdex y de la apuesta por la Internet sin hilos.

Detrás del 802.11b se esconde una tecnología a base de frecuencias de radio, que permite a una computadora portátil o a un asistente personal (PDA) conectarse sin cable a Internet y «dialogar» con otros aparatos (impresoras, cámaras) en un radio de 50 a 100 metros. Para ello precisará soporte integrado a esta tecnología en el propio equipo (algunos ya lo llevan de serie como el puerto IrDA o USB) o una tarjeta de red que se conectará a un estación base o un «router» que interconectará los equipos y ofrecerá a estos, además, acceso a Internet, a través de una conexión por cable O ADSL. Todos los aparatos que entran en el radio de acción de esta terminal base se conectan automáticamente a la red, sin necesidad ni los molestos cables que abundan cada vez más, tanto en el hogar como en la oficina.

Si en el ámbito profesional algunas compañías ya están adaptando sus equipos a esta tecnología, ha sido en el terreno residencial donde ha tenido más éxito. ¿Motivo?, claramente económico, ya que muchas corporaciones ya tienen la red tendida y sus equipos preparados para lans con hilos, mientras que en los domicilios, cada vez es más normal, la concurrencia de uno, dos o tres ordenadores, todos ellos «desconectados» y sin posibilidad de compartir la información o el acceso a la red. Además, el coste de instalación es mucho más económico que el cablear un domicilio, siempre que lo hagamos «discretamente» y no en plan «chapuzas» de cables por todos lados.

Otro terreno en que esta encontrando gran aceptación es en los aeropuertos, hoteles y centros de convenciones, llenos de ejecutivos deseosos de conectarse a su servidor de correo y que si bien lo tiene relativamente fácil con un portátil y un módem (solo es cuestión de encontrar una clavija de teléfono y a ver que pasa), es mucho más dificultosa con las populares Palm y Pocket PCs.

Algunos fabricantes, principalmente los europeos, aseguran que WiFi tiene un serio competidor con el estándar que «había sido llamado a ser el oficial», nos estamos refiriendo a Bluetooth, apoyado principalmente por Ericsson y en el que ha invertido muchos millones de dólares. Esta tecnología ofrece teóricamente mucha mayor seguridad y cuenta ya con muchos equipos que lo integran de serie, sin embargo su radio de acción es mucho menor: 10 metros y la velocidad de transmisión es de menos de un megabit por segundo.

A todo ello responden que WiFi tiene mucho mayor alcance, su instalación es más económica, y que su velocidad de transmisión supera en creces con sus 11 megabits por segundo en su versión «b» y trabajando ya para alcanzar los 54 megabits en la nueva versión «b», conocida ya como «WiFi5».

Seguridad

La seguridad es la «pata coja» de las tecnologías inalámbricas y como sucedía en su momento con los teléfonos sin hilos, es bastante difícil asegurar al 100% la red y el uso de ella. Recientemente se daba a conocer la existencia de un software, AirSnort, que permitía «escuchar» las transmisiones en las redes WiFi recomponiendo las contraseñas correspondientes para abrir el acceso a la información.

La oferta en nuestro país de esta tecnología es muy completa, aunque por la poca difusión que ha tenido se aparta radicalmente de los precios que podemos encontrar en los Estados Unidos. Por lo pronto esperaremos a que los importadores y distribuidores bajen los precios y dejen de vender estos productos como «un lujo a su alcance» para convertirlos en un elemento más de nuestra vida cotidiana.

 
 
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