La televisión y la red se unen para cerrar la brecha digital

El quinto foro mundial de Naciones Unidas sobre televisión centró sus exposiciones y deliberaciones en la reducción de la diferencia tecnológica entre los países ricos y pobres, la llamada brecha digital. Representantes de medios de comunicación, organizaciones internacionales, gobiernos y organizaciones no gubernamentales se reunieron dos días en la sede de la ONU para estudiar la convergencia entre la televisión, la tecnología digital e Internet, y sus repercusiones en los países menos desarrollados.

La ONU está inmersa en su quincuagésimo quinta asamblea, inaugurada con una cumbre que fue la mayor reunión de jefes de Estado y gobierno de la historia. Durante dos semanas se escucharon en Nueva York más de quinientos discursos de máximos mandatarios, se celebraron cuatro mesas redondas entre presidentes y primeros ministros, y cientos de reuniones bilaterales.

Además de las referencias a los conflictos clásicos, como el árabe-israelí, las reclamaciones eternas, como Gibraltar, las peticiones de reforma y democratización de la organización, y las habituales declaraciones de buenas intenciones para acabar con la guerra y el hambre, un nuevo tema ha pasado a los primeros lugares de las agendas y los discursos de los próceres de las patrias: Internet.


La ONU intenta construir puentes en la brecha digital


La última nación en incorporarse a la ONU simboliza el espíritu del foro mundial de televisión. Se trata de un país pequeño, en vías de desarrollo, el único cuya principal fuente de ingresos es Internet, gracias a la televisión. Las reuniones podrían haberse celebrado allí si existiera la infraestructura, porque la única nación que vive de la nueva economía sólo tiene 400 líneas de teléfono para sus 10.000 habitantes. Se trata de Tuvalu, una colección de nueve archipiélagos de 26 kilómetros cuadrados en total, a mitad de camino entre Hawai y Australia, ex colonia británica.

El gobierno del país ha cedido su dominio de Internet .tv, a la empresa norteamericana del mismo nombre, para que lo revenda. En doce años, Tuvalu recibirá 50 millones de dólares, teniendo en cuenta que el presupuesto del estado es de menos de cinco millones de dólares al año, parece que han hecho el negocio de su historia.

Parece que a Tuvalu la falta de infraestructura y tecnología no le ha impedido beneficiarse de los ingresos de la nueva economía, pero su ejemplo es único. Para cerrar la brecha digital entre Norte y Sur, va a hacer falta bastante más.

La brecha digital es uno de los temas que más preocupa al Secretario General. Las nuevas tecnologías no aparecen en los grandes capítulos de la actividad de Naciones Unidas, pero sí en las iniciativas concretas lanzadas por Kofi Annan por recomendación de un informe que el ECOSOC (Consejo Económico y Social) elaboró a petición de la Asamblea General.

Los procedimientos de la ONU son lentos, la burocracia y la necesidad de poner de acuerdo a todos los países del mundo generalmente resultan en tardías declaraciones de buenas intenciones. Se estudiará el asunto con vistas a crear una comisión que elabore un informe sobre la posibilidad de crear un cuerpo que actúe sobre el particular según las directrices de la asamblea. Algo no demasiado conveniente para moverse en el mundo de las tecnologías de la información.

Pero el Secretario General tiene cierto margen de maniobra, y Kofi Annan ha decidido utilizarlo para iniciar acciones concretas en el campo de las nuevas tecnologías. Su intención de reducir a la mitad el número de pobres para dentro de 15 años suena muy idealista, quizá las iniciativas para tender puentes que reduzcan la brecha digital también lo sean, pero cuentan con algo más que declaraciones. El informe de ECOSOC denunciaba que las nuevas tecnologías lejos de suponer un progreso global, están incrementando la brecha que separa a los países menos desarrollados de los ricos.

A raíz de este informe se puso en marcha el Grupo de Trabajo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de las Naciones Unidas. El objetivo es asesorar a la ONU, desarrollar fórmulas para aumentar el potencial tecnológico de los países en vías de desarrollo, y la creación de vínculos con empresas y organizaciones no gubernamentales. Como todo organismo de la ONU, tiene objetivos tan altruistas como poco concretos, pero habrá que esperar a ver sus acciones para juzgarlo. La presencia de tecnólogos de la talla de Vinton Cerf, considerado por muchos padre de la red, el español residente en California Manuel Castells, o el creador de los microcréditos Muhammed Yunus, es una garantía.

Tres de las cuatro acciones concretas iniciadas tras el informe de Kofi Annan son tecnológicas. La primera es «la creación» de un cuerpo de voluntarios denominado Servicio de las Naciones Unidas de Tecnología de la Informática ( UNITeS, por sus siglas en inglés), para capacitar a grupos de los países en desarrollo en la utilización y oportunidades de la Internet y la tecnología de la informática». Algo así como informáticos sin fronteras.

La segunda es la creación de una red internacional de información sobre la salud para establecer 10,000 puntos de acceso a la red en hospitales y clínicas de países en desarrollo a fin de que tengan acceso a información médica actualizada. La idea para esta red internacional ha sido tomada de una experiencia local en Cuba, y está encabezada por WebMD, y la Organización Mundial de la Salud.

El tercer proyecto de carácter tecnológico del Secretario General es Primeros en Llegar. Una iniciativa que suministrará teléfonos móviles y por satélite, así como enlaces de microondas, a trabajadores de socorro humanitario en zonas afectadas por desastres naturales y emergencias, para mejorar la eficacia en la intervención en desastres naturales. Este proyecto está encabezado por Ericsson y la Cruz Roja.

La sede de las Naciones Unidas en Nueva York no es un edificio precisamente moderno. Lo era en los años 50, pero se ha avanzado poco desde entonces. Para los periodistas la Organización facilita cinco ordenadores con conexión a la red, eso sí, abundantes máquinas de escribir, teletipos e incluso telex. El paraíso de los oficinistas nostálgicos, incluso se pueden ver aún tubos neumáticos para transportar documentos. El espacio dedicado a la prensa de la ONU parece un centro de comunicaciones de 1970 si excluimos los cinco PCs. Sin embargo, las páginas en la red de Naciones Unidas son un logrado esfuerzo por mantener al mundo al día de los complejos procesos que se emprenden para hacer del mundo un lugar mejor.

El caso de la ONU puede ser paradigmático del mundo en general, es mucho más fácil y barato poner una página web moderna y útil que realizar inversiones tecnológicas que impliquen cambio de infraestructuras y de procesos, con el consiguiente entrenamiento de los funcionarios. Para intentar paliar la falta de infraestructuras, la ONU considera el uso de la televisión, medio mucho más extendido y tecnológicamente transparente.


La televisión como iniciación al mundo digital


El quinto Foro Mundial de la ONU sobre Televisión abordó por primera vez la convergencia de la televisión y la red, no sólo desde un punto de vista técnico, o de mercado, sino con un fin: reducir la brecha digital. En cuanto a convergencia con Internet, la radio lleva cierta ventaja a la televisión, en gran parte porque es técnicamente más sencillo, pero también están más desarrolladas las iniciativas para que la radio por la red sea más global. La UNESCO está estableciendo centros multimedia en los países en desarrollo para sumar las radios locales a la red. Dando difusión a las radios del mundo, la UNESCO espera la comunicación no se genere sólo en los países del Norte, con su visión del mundo, sino que todas las culturas conformen el flujo mundial de comunicación.

En la sesión inaugural del foro, presidida por Kofi Annan intervinieron Jennifer Sibanda, directora de la Federación de Mujeres en los Medios de Afrecha, Greg Dyke, Director General de la BBC, Fernando Espuelas, Presidente de Starmedia, y Jon de Vaal, Vicepresidente de Microsoft.

Kofi Annan afirma que «a lo largo de la historia, ha existido una relación directa entre el conocimiento y el crecimiento de las civilizaciones. Ninguna civilización ha florecido a base de esconder su conocimiento. Más bien al contrario, las civilizaciones están basadas en el intercambio de conocimiento y el enriquecimiento gracias a la influencia mutua. La paradoja es que en nuestra era de globalización, parece que el conocimiento no sólo no está globalizándose, sino que la diferencia de conocimiento entre Norte y Sur está agrandándose día a día. En todas las sociedades, la educación es la condición para el progreso, pero millones de personas de los países en vías de desarrollo están privados de esta indispensable herramienta de prosperidad».

El Secretario General de la ONU recordó que «sólo el 5% de la población mundial está conectada a Internet, pero tres cuartas partes tienen televisión o radio, los medios tradicionales tienen la oportunidad de informar e introducir a los países menos desarrollados en la revolución digital». Annan cree que la lucha por la eliminación de la brecha digital debe implicar a todos los actores sociales trabajando en conjunto.

Internet no es la panacea que va a resolver todas las desigualdades y problemas del mundo, pero puede ayudar a resolver situaciones injustas y dotar de más poder a los menos favorecidos. Kofi Annan citó dos ejemplos: «un granjero conectado a la red puede tener acceso a los precios reales de los productos que necesita, y dejar de depender de intermediarios que abusan de su monopolio». Los campos más importantes y urgentes para desarrollar las nuevas tecnologías son la educación y la medicina, según el máximo dirigente de la ONU.

Greg Dyke, director de la BBC, afirmó en su intervención que «en el mundo digital necesitamos a los medios públicos más que nunca, son necesarios para reflejar la diversidad de cada país, la cultura local, y para mantener una industria audiovisual local». Para Dyke, la denominada globalización no es sino una «americanización» de la cultura, «no soy antiamericano, simplemente defiendo los contenidos locales para mantener la diversidad, no es bueno que un sistema de valores se imponga a los demás y acabe con el pluralismo» declaró el director de la radiotelevisión pública de mayor prestigio mundial en el corazón de la tierra del capitalismo. Como era de esperar sus palabras despertaron polémica.

Dyke recordó que existe también una brecha tecnológica dentro de cada nación entre pobres y ricos, y los medios públicos informan y dan servicio a todos, no sólo a los que lo pueden pagar. No conviene olvidar que la división Norte-Sur no es geográfica, sino social, en el corazón de Manhattan hay muchas personas que viven bajo el umbral de la pobreza, y muchos niños que asisten a colegios públicos que no tienen fondos para proporcionarles una adecuada formación en tecnologías de la información, generándoles una desventaja de por vida en el mercado laboral.

Fernando Espuelas, presidente de Starmedia, el primer portal en español, comparó la revolución digital a la revolución francesa, como un hecho que marca el nacimiento de un mundo diferente. «Todos recordamos la sensación que tuvimos cuando navegamos por primera vez, la cantidad de posibilidades y de información que se nos abrió, imaginemos cuál será el impacto en una persona de un país en vías de desarrollo.» Según Espuelas estamos evolucionando de una economía del capital a una economía de las ideas, «Existe la posibilidad de liberar a 500 millones de personas, sus oportunidades, ideas y planes de futuro se pueden realizar» dijo refiriéndose a la población de Iberoamérica, «porque los pobres no son tontos, sólo pobres, también tienen ideas, si lo importante son las ideas y no el capital, estas personas tendrán más oportunidades», predijo.

Para que se produzca esta igualdad de oportunidades Fernando Espuelas afirma que no será suficiente con la acción de los gobiernos y las organizaciones internacionales, hará falta la participación y la colaboración de Organizaciones No Gubernamentales, y empresas privadas, puesto que éstas tienen mayor capacidad de maniobra y velocidad de reacción. Según Fernando Espuelas, estamos en un momento clave del proceso de cambio, «si en los próximos dos años no se reducen las diferencias entre países ricos y pobres en Internet, es posible que después sea demasiado tarde y las diferencias entre Norte y Sur se perpetúen». El presidente de Starmedia ve ya signos positivos en los gobiernos de Iberoamérica «por primera vez en cien años están trabajando para no perder el tren tecnológico» afirmó el presidente de Starmedia, pero consideró que será el mercado y no los gobiernos el que extienda el uso de la red.

Espuelas postula al mercado como agente principal del cambio, una propuesta que chocó de frente con la visión de Dyke. Kofi Annan terció en la polémica entre Dyke y Espuelas acerca de los medios públicos y privados, recordando que la clave es la colaboración de todos los sectores de la sociedad, pero manifestando sus dudas acerca de una economía puramente de mercado, «¿podemos confiar en el mercado exclusivamente para conservar la pluralidad y diversidad nacionales?». Para la ONU las empresas y ONGs deben ser parte del cambio, tiene que ser una colaboración entre todos, pero eso no significa que el mercado vaya a garantizar la pluralidad de contenidos y acceso.

El vicepresidente de Microsoft responsable de la división de televisión de la compañía, Jon de Vaan, apostó por la televisión como el mejor instrumento para difundir Internet, dado que la mayoría de la población mundial tiene acceso a ella, es más barata y más fácil de utilizar que un ordenador. Como ejemplo habló de Venus, un producto que Microsoft comercializó en China, consistente en un sencillo aparato que permite navegar por la red, y utilizar el correo electrónico mucho más barato que un ordenador. Este producto también ha demostrado ser una forma de acceso a Internet adecuada para la población de los países desarrollados que no tiene los medios necesarios para adquirir un ordenador.


África wireless


Los problemas en Iberoamérica y Asia se deben principalmente a un reparto desigual de los recursos. Se deben realizar enormes esfuerzos en infraestructura y educación para equiparar la totalidad de estos continentes a los niveles de Europa y Norteamérica en el acceso a las comunicaciones, especialmente a la red. La brecha digital dentro de los países desarrollados requiere políticas de educación que eviten que sectores de la sociedad crezcan sin un conocimiento que ya es básico y lo será más. Para estos casos la divulgación de Internet mediante la televisión o el acceso a la red mediante webTV son soluciones válidas para intentar reducir la desigualdad.

Pero en África las necesidades son más básicas. Cómo dice el informe final del foro «la revolución digital, que hemos comparado en importancia con la revolución francesa, no significa nada para millones de personas que no tienen electricidad y no han visto jamás un teléfono. En África hay menos proveedores de acceso a Internet que en Finlandia». La situación en África fue resumida por Jennifer Sibanda, directora de la Federación de Mujeres Africanas en los Medios de Comunicación, el 80% de la población es rural, y el acceso a un teléfono o a agua corriente es difícil, y el analfabetismo alto. La televisión no llega a muchas zonas, y el acceso a un aparato no es fácil. El único medio de comunicación efectivo en África es la radio. «Un aparato de radio también es caro para estas comunidades, pero hacen el esfuerzo económico para tener información y entretenimiento, es ligero, portátil, fácil de usar, y muy barato de establecer. Las pequeñas radios comunitarias son la única posibilidad de expresión que tienen en algunas comunidades, no hace falta saber leer y el contenido es en el idioma local». Y siguiendo este razonamiento, Sibanda propone el acceso a la red inalámbrico, mediante aparatos sencillos como la apuesta más segura para extender la red en el continente, al igual que en muchos lugares la telefonía móvil llega donde no lo hace la fija por su menor coste de infraestructura.

El Foro fue clausurado por Kensaku Hogen, Vicesecretario General de Comunicación e Información Pública de la ONU, que resumió las intervenciones en unas cuantas recomendaciones para el Grupo de Trabajo de las Tecnologías de la Información. La primera es que se incentive la digitalización de la televisión con un fin: hacer accesible a todo el mundo las ventajas de Internet. También advierte de la necesidad de potenciar los contenidos autóctonos, evitar que las grandes empresas productoras de contenido se hagan con el monopolio de la comunicación mundial, proyectando sus valores culturales en todo el planeta. Que se potencie la interactividad en ambos medios, la información es un activo, la comunicación es poder, se debe motivar a la gente a conocer y expresarse mediante estas nuevas tecnologías para que la voz de todos sea oída, y la gente tenga armas con las que defenderse de la injusticia.

 
 
Patrocinio Oro
Patrocinio Plata
Patrocinio Bronce
Salir de la versión móvil