Un equipo de investigadores de la Universidades de Oviedo y la Universidad de Murcia ha desarrollado una tecnología con alcance internacional como solución para proteger los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT), garantizando el envío y la recepción de datos de forma segura, incluso en aquellos dispositivos con recursos computacionales muy limitados. La solución ha sido aprobada por el organismo internacional Internet Engineering Task Force (IETF).

La tecnología es fruto de más de una década de investigación, debates técnicos y colaboración internacional en el seno del grupo de trabajo Authentication and Authorization for Constrained Environments (ACE), en el que han participado especialistas de varios países.
Los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) ha sido un ámbito especialmente vulnerable dentro del ecosistema digital actual. El término Internet de las Cosas se refiere a una red de objetos cotidianos que, gracias a sensores y conexiones inalámbricas, pueden comunicarse entre sí a través de la red sin intervención humana. Ejemplos comunes son los termostatos inteligentes, cámaras de seguridad, electrodomésticos conectados, relojes o vehículos, que funcionan como pequeños nodos digitales dentro de una red global.
Los investigadores que participaron
El trabajo ha sido desarrollado por Rafael Marín López, profesor del Departamento de Ingeniería de la Información y las Comunicaciones de la Facultad de Informática de la Universidad de Murcia, y Dan García, del área de Telemática del Departamento de Informática de la Universidad de Oviedo. La aportación de estos investigadores permite mejorar la seguridad en las comunicaciones de dispositivos IoT, garantizando el envío y recepción de datos de forma segura, incluso en aquellos con recursos computacionales muy limitados.
Además, estos dispositivos conectados se han integrado de forma natural en la vida diaria de las personas. Gracias a esta integración, han facilitando múltiples tareas del hogar, la industria, el transporte o la sanidad. Sin embargo, su limitada capacidad para incorporar medidas de seguridad robustas los convierte en objetivos atractivos para los ciberdelincuentes. Por ello, dotarlos de herramientas que garanticen una comunicación segura es un reto prioritario en el ámbito de la ciberseguridad.
La aprobación de esta solución refuerza el papel de la investigación universitaria en el desarrollo de estándares globales para un uso más seguro de la tecnología.