La Comisión Europea ha publicado una evaluación sobre la implementación de la Directiva dedicada a los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Esta normativa, que lleva más de dos décadas en vigor, tiene como principal objetivo minimizar el impacto ambiental y proteger la salud pública, estableciendo requisitos mínimos para la recogida y tratamiento de este tipo de residuos. Según los datos recopilados, la cantidad de residuos recogidos ha mostrado una tendencia positiva, especialmente entre los años 2012 y 2021. Este repunte coincide con el incremento en la comercialización de aparatos eléctricos y electrónicos dentro del mercado europeo.

No obstante, la evaluación también indica que los progresos todavía son insuficientes para alcanzar los objetivos fijados. Cerca de la mitad de los RAEE generados anualmente en la UE no llegan a ser recogidos. Además, la mayoría de los países de la Unión Europea no consiguen cumplir con las metas de recogida estipuladas por la Directiva RAEE.
Otro de los aspectos identificados como limitantes es el impacto de la directiva en el reciclaje y la recuperación de materiales. En la actualidad, solo se logra reciclar aproximadamente el 40% de los RAEE generados en la UE. Esta cifra pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas que permitan una gestión más efectiva de los residuos y una recuperación más eficiente de materiales valiosos.
Cinco áreas de mejoras en el reciclaje de materiales
El análisis también pone el foco en cinco áreas principales que requieren mejoras. La primera de ellas es el ámbito de aplicación de la directiva, que no contempla los nuevos flujos de residuos provenientes de tecnologías recientes y dispositivos vinculados a las energías renovables, como las turbinas eólicas y equipamientos digitales emergentes.
En cuanto a la recogida de RAEE, la Comisión Europea señala que solo unos pocos países lograron cumplir el objetivo establecido del 65% en 2022, basándose en las cantidades comercializadas en años previos. Varias barreras, entre las que se encuentran factores económicos, el comercio no regulado, la escasa infraestructura y la falta de sensibilización por parte de la ciudadanía, dificultan el cumplimiento de esta meta.
La recuperación de materias primas críticas constituye otra de las preocupaciones destacadas. Una baja tasa de recogida supone la pérdida de oportunidades para recuperar materiales esenciales como cobre, tierras raras, galio o tungsteno. Los objetivos actuales de reciclaje en la directiva no han logrado incentivar eficazmente la recuperación de materias primas secundarias.
La falta de armonización de los esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) es otro de los puntos señalados. Esta figura legal obliga a los fabricantes a gestionar y cubrir los costes originados al final de la vida útil de sus productos, considerando también el diseño. Sin embargo, se observa una implementación desigual de REP en la UE y deficiencias en el cumplimiento de las obligaciones de REP, especialmente en lo que respecta al control sobre los vendedores online.
Por último, los requisitos de tratamiento son inconsistentes, ya que alrededor del 23% de las plantas de reciclaje europeas cumplen con estándares avanzados para el tratamiento de RAEE. Aumentar la calidad en estos procesos permitiría aprovechar mejor los materiales recuperados y reducir la huella ambiental de estos residuos.
Incentivos para la recogida y tratamiento de residuos electrónicos
En general, la evaluación destaca la importancia de optimizar la recogida y el tratamiento de los crecientes flujos de residuos electrónicos en la UE. Las autoridades consideran fundamental avanzar hacia un modelo que incentive la recogida y el tratamiento responsable de RAEE. Como posibles medidas, se podrían incluir la redefinición del alcance de la futura legislación sobre RAEE, incluidos los equipos ecológicos y digitales, y normas obligatorias de tratamiento de RAEE para garantizar una gestión de residuos más integral y eficaz en toda la UE.
La Comisión Europea ha anunciado que analizará en profundidad los resultados de esta evaluación y las recomendaciones derivadas para incorporarlas al proceso de revisión de la Directiva RAEE, como parte de la Ley de Economía Circular.