Hasta el 18 de julio estará abierta una consulta pública para recopilar comentarios sobre los requisitos del ecodiseño y etiquetado energético de los ordenadores. En la consulta, lanzada por la Comisión Europea, pueden participar usuarios de ordenadores y partes interesadas, como empresas, grupos de interés, administraciones nacionales y otros involucrados en todas las partes de la cadena de valor (fabricantes de equipos originales, proveedores de componentes, usuarios, reparadores, recicladores, etc.) para abordar los desafíos políticos y las mejores formas de proporcionar información clara y relevante a los consumidores.
La consulta pública sobre requisitos de ecodiseño y etiquetado energético de los ordenadores tiene dos páginas separadas, pero el formulario de consulta cubre ambas. Los comentarios recibidos acompañarán a la evidencia adicional recopilada de diversas fuentes, incluida la investigación documental y otras consultas. Así, servirán de base para el desarrollo de la mejor respuesta política posible de la UE.
Etiquetado energético para informar a los consumidores
La legislación de la UE sobre diseño ecológico ha demostrado ser eficaz a la hora de mejorar el comportamiento medioambiental de los productos. El ecodiseño garantiza que cualquier producto comercializado en el mercado de la UE cumpla los requisitos mínimos. Los productos de peor rendimiento desaparecen progresivamente de las tiendas cuando la regulación entra en vigor, lo que se traduce en menores costos para los consumidores y las empresas a largo plazo, ya que utilizan productos más eficientes energéticamente.
Por otro lado, el etiquetado energético permite informar a los consumidores sobre la eficiencia energética, la durabilidad y la reparabilidad de los productos, permitiéndoles tomar decisiones de compra informadas.
El etiquetado energético abarca todo el ciclo de vida del producto, por ello esta legislación contribuye a minimizar las emisiones de CO2, ya que reduce el uso de materiales, la extracción de metales preciosos y elementos de tierras raras, a menudo utilizados en ordenadores, y las importaciones relacionadas. También refuerza la seguridad del suministro. Estas normas contribuyen así a cumplir los objetivos energéticos y climáticos de la UE para alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050.