Para ayudar a los consumidores a saber cómo ver en su Certificado de Eficiencia Energética (EPC) si su hogar está preparado para instalar y utilizar una bomba de calor, y la rentabilidad de estas soluciones, la Organización Europea de Asociaciones de Consumidores (BEUC) ha encargado dos estudios publicados recientemente.
El objetivo del primer estudio es proponer soluciones concretas sobre cómo fomentar la eficiencia energética en los Certificados de Eficiencia Energética a través de la introducción de un indicador de preparación de la bomba de calor y mediante el apoyo a las decisiones de los consumidores sobre la renovación de los edificios. El segundo aborda cómo financiar la instalación de estas soluciones de climatización.
Conclusiones del primer estudio
El primer informe, del Instituto Europeo de Rendimiento de Edificios (BPIE), recoge tres conclusiones principales. La primera es que, actualmente, los EPC en muchos países europeos no ofrecen a los consumidores una idea clara sobre si su hogar está listo para una bomba de calor. En segundo lugar, señala que la preparación de una vivienda varía mucho en toda Europa según el clima, el nivel de aislamiento y el tipo de edificio (apartamentos o casas).
Finalmente se establece que para dar a los consumidores claridad sobre cuánto deben invertir (ya que es posible que no siempre se necesite una renovación completa, por ejemplo, en climas más cálidos), la preparación de una bomba de calor debe comunicarse claramente con una etiqueta en el EPC de la casa.
Subvenciones para la instalación de bombas de calor
Paralelamente se encargó y publicó otro informe, elaborado por Creara, relacionado con el hecho de si es rentable invertir en una bomba de calor desde el punto de vista financiero y del rendimiento energético. El estudio señala que la cantidad de capital necesaria para renovar el parque de viviendas de Europa (el 40% de las cuales se construyó antes de 1960) es enorme y supera con creces los recursos públicos. Esta es la razón por la cual los subsidios por sí solos no serán suficientes para ayudar a los consumidores a dar el salto de la renovación del hogar.
Entre los principales hallazgos del segundo informe destacan tres puntos. Por un lado, que las opciones de financiación pública única (por ejemplo, subvenciones o subsidios) son más relevantes para los hogares de ingresos más bajos, pero son insostenibles para las finanzas públicas si se extienden a todos. Deben desembolsarse antes de que se completen las obras para permitir que los consumidores aborden los costos iniciales.
Por otro lado, establece que la mejor manera de ayudar a los consumidores a implementar sus obras de mejora del hogar es combinar subvenciones o subsidios públicos con herramientas privadas (como suplementos mensuales en las facturas de energía de los consumidores conocidos como ‘esquemas en la factura’).
En último lugar, señala que las autoridades locales, los proveedores, los financiadores y las ventanillas únicas deben coordinarse para ofrecer a los consumidores soluciones financieras sencillas y confiables.