Trabajar desde casa parece la mejor forma de lograr un equilibrio entre la
  vida profesional y personal. Sin embargo, según un estudio de IBM y The
  Economist Intelligence Unit, teletrabajar puede tener muchas dificultades sin
  las apropiadas tecnologías, soporte técnico, habilidades y métricas
  para valorar el trabajo en función de resultados.
El informe desvela que los profesionales que teletrabajan sin estas condiciones
  pueden terminar sintiéndose distanciados, minusvalorados y apartados,
  incluso aunque trabajen más y mejor que sus colegas ubicados en las oficinas.
  La consecuencia es que su vida personal se puede resentir. Los profesionales
  que pasan un gran número de horas en la carretera conduciendo pueden
  también experimentar esta situación. 
Esta es la conclusión de un estudio realizado por IBM en colaboración
  con The Economist Intelligence Unit (EIU) a partir de una encuesta a 351 teletrabajadores
  de 14 países europeos de pequeñas y grandes empresas (excluyendo
  a IBM). IBM recomienda que las empresas reaccionen inmediatamente pues el teletrabajo
  y la movilidad de los profesionales se está incrementando rápidamente.
  Concretamente, un 15% de los encuestados había empezado a trabajar en
  régimen de movilidad el año pasado. La consultora IDC estima que
  para 2006, en Europa, Oriente Medio y África habrá 28 millones
  de personas teletrabajando.
“Disponer de la apropiada tecnología ya no es la cuestión
  fundamental para teletrabajar. Nuestro informe desvela que, si se desea aprovechar
  todo el potencial del trabajo en estas condiciones, es fundamental contar con
  el respaldo de la dirección, así como con oportunidades de formación
  y participación en estas redes sociales virtuales”, afirma Ignasi
  Buyreu, responsable de los servicios de Capital Humano de IBM Business Consulting
  Services.
El mayor reto del teletrabajo es que no se pierda nada de comunicación,
  lo que abarca desde la colaboración en proyectos conjuntos hasta la comunicación
  informal (el café de media mañana…). 
Necesidad de coordinación
Casi la mitad de los encuestados (44%) afirmó que su mayor preocupación
  era que el teletrabajo no les impidiera el trabajo en equipo. “El mayor
  reto es coordinar las actividades con otros empleados móviles y que se
  cumplan los cierres de aquellas tareas en las que colaboran varios teletrabajadores”,
  afirma un empleado en régimen de movilidad. Más del 40% señala
  que tienen desventajas porque pierden mucha información importante que
  se transmite en las “conversaciones de pasillo” o de otra manera
  informal. Sin el acceso a esta parte social del trabajo, los encuestados dicen
  que no se enteran de algunas oportunidades o del desarrollo de la empresa. 
“La colaboración es una capacidad clave para cualquier organización
  que aspira a competir en una economía basada en el conocimiento. Dada
  esta necesidad de aunar experiencias y conocimientos en todo el mundo, las empresas
  tienen que procurar que sus trabajadores móviles puedan interactuar e
  intercambiar experiencias con otras personas. Asimismo, han de asegurar que
  ponen en marcha las estrategias adecuadas, incluyendo aquellos programas y herramientas
  necesarios para facilitar una comunicación abierta y honrada en un entorno
  de colaboración y coordinación, y en definitiva, el desarrollo
  de las personas hacia una cultura de adhesión y lealtad a la empresa”,
  añade Ignasi Buyreu.
Recelo y falta de credibilidad
Algunos empleados en régimen de movilidad ven que tienen que hacer un
  importante esfuerzo por ganarse la credibilidad de sus empresas. Casi el 40%
  de los encuestados siente que los compañeros que trabajan en las oficinas
  piensan que los teletrabajadores no ponen todo de su parte en el desempeño
  de sus tareas. Incluso, alguno de ellos afirma que ha sentido que hay recelo
  hacia ellos. Un alarmante 68% de los participantes en la encuesta no creía
  que su empresa recomendara el teletrabajo. Un encuestado incluso señaló
  que el único problema que había era que la dirección recelaba
  de que no trabajara la jornada completa.
La ironía es que los trabajadores en régimen de movilidad suelen
  trabajar más. El 61% de los participantes en la encuesta señaló
  que cuando trabajan desde casa les es difícil cortar con la actividad
  profesional, lo que algunas veces va en detrimento del equilibrio entre la vida
  personal y laboral que andaban buscando. Muchos se refirieron a la urgente necesidad
  de comprobar su correo electrónico por la noche o durante el fin de semana
  por miedo a perder mensajes o informaciones importantes para su trabajo. Sin
  embargo, la mayoría dijo que, a pesar de estas cuestiones, no se sentía
  privado de promociones profesionales.
¿Qué se puede hacer?
IBM identifica cuatro recomendaciones para aumentar la eficiacia de los teletrabajadores:
- Establecer una cultural de trabajo por objetivos, en la que se valore a
 los empleados por sus resultados y no por el número de horas que pasen
 en la oficina.
- Utilizar las tecnologías que permitan a los empleados móviles
 colaborar y trabajar en equipo. Esto incluye tecnología de banda ancha,
 la posibilidad de tener reuniones vía web, sistemas de mensajería
 instantánea y video conferencia.
- Formar a los empleados y a sus directores para que estén acostumbrados
 a trabajar en un entorno de movilidad. Casi uno de cada cuatro encuestados
 dijo que la formación era una de las tres maneras con las que sus empresas
 podrían ayudar a sus teletrabajadores. Uno de cada tres sugirió
 que más formación directiva, formación en cuestiones
 como gestión del tiempo, colaboración en un entorno virtual,
 fijación de objetivos, equipos de alto rendimiento y coaching podría
 ser beneficiosa.
- Proporcionar un robusto sistema de soporte a los teletrabajadores para infundirles
 confianza. Como uno de los encuestados dijo “confía en tu gente.
 Si has depositado en ellos la responsabilidad de millones de euros y de la
 reputación de una marca, como ahora no vas a confiar en que sepan gestionar
 su tiempo”.